Color cereza muy vivo con ribete amoratado que denota gran juventud a pesar de su paso por madera (12 meses)
En nariz potente y concentrada donde sobresalen los aromas de fruta madura ( toques soleados y tostados) como ciruelas y moras, en esta ocasión envueltas de toques especiados y terrosos que imprime el sello particular de esta zona manchega.
En nuestra cata, perfecto. Hizo
del cochinillo un conductor acorde con el ambiente.
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